La antigua casa de la familia Manaca Iznaga ahora está ocupada por un restaurante. Las paredes ocres del edificio, las columnas cuadradas, el techo con vigas de madera y los pisos de terracota brindan un ambiente colonial. Hay un antiguo ingenio azucarero afuera, y enfrente están dispersos en el césped los calderos usados ​​para hervir la melaza. Los almuerzos suelen ir acompañados por la música de una pequeña banda excelente. La especialidad son las puntas de cerdo a la Iznaga (tiras de lomo de cerdo en una salsa de tomate y verduras), pero el menú incluye de todo, desde mariscos frescos hasta pollo a la parrilla.

Este edificio reformado del siglo XIX tiene vistas a la plaza Serafín Sánchez y a los pórticos de los edificios coloniales que lo rodean. Es un edificio impresionante, con puertas grandes y arqueadas. Los asientos están en mesas de madera robustas, algunas de las cuales tienen vistas de la Iglesia Parroquial Mayor. El menú es tradicional cubano con algunas variaciones, como el garbanzo mesonero y el ternero a la villa.

Entre el fangoso Río Yayabo y la Calle el Llano, esta antigua casa amarilla con una gran terraza sombreada por árboles es un atractivo lugar. Hay asientos disponibles en la terraza, que tiene vista al río, o en el interior, donde los pisos de terracota, columnas gruesas y arcos anchos atestiguan la vida útil del edificio de casi tres siglos. Las especialidades son pollo a la quinta (pollo en salsa de tomate vegetal) y vaca frita (tiras de carne salteadas con cebolla) y una variedad de platos criollos.